Hacer una sesión para una jovencita de 15 años para mi fue un reto, simplemente por la gran diferencia de edades ya que para que fluye bonito la sesión debe haber una buena conexión entre ambas. y mi mayor preocupación era ¿cómo hacerlo con alguien con quien simplemente la forma de comunicarse es tan distinto?, y pues lo hice de la única forma que hasta el momento se, hablando hasta por los codos, aunque en algunos ocasiones mis frases de abuelita no las entendía y la única que las entendía era su mamá logramos relajarnos y poder mostrar a Paulina en fotos, y ¿porqué digo poderla mostrar? porque muchas veces por más estéticas o bonitas que estén unas fotos si la persona no se reconoce en ellas mi trabajo no está bien hecho el objetivo no se cumplió. Por eso, mi interés ha sido que durante toda la sesión se sientan cómodas y tengan la confianza de poderme decir cuando algo no les está agradando, porque al fin y al cabo, no se tratan de imágenes bonitas que yo quiera para mis redes sociales, sino de algo que ellas puedan tener y ver con cariño.